SAN JUAN DE GAZTELUGATXE.

San Juan se encarama en una isla que fue amarrada a la costa vizcaína por un puente que a la vez se convierte en 237 escalones, una vez arriba se toca la campana para llamar a la felicidad.

Data del siglo X y se cree que fue templaria, el corsario inglés Sir Francis Drake la saqueó en 1593. Ahora contiene como reliquias restos de naufragios.

Nexo de unión artificial entre un mundo material y otro místico.

Cuenta la leyenda que San Juan Bautista desembarco aquí...

Dejando tres huellas de sus sandalias en la arena que aún hoy se pueden contemplar.

Para los pintores de marinas el otoño les da el color y la tranquilidad que buscan para su dialogo interior.

Euskadi 2008.

Hacia Punta Galea

Los higos de Getxo tuvieron fama, como recuerdo, esta higuera.

Una sequía azotó la zona allá por 1720, los habitantes sustituyeron entonces sus molinos de agua, situados en las riberas, por otros de viento. Pasado casi un siglo han dejado de funcionar y los que quedan (como este de Aixerrota) se restauran para la hosteleria y el turismo.

Ahora la energía eólica se encarga de moler el viento para convertirlo en luz.

El paseo hacia Punta Galea.

Como un ariete de bloques este espigón se adentra en el Cantábrico transmitiendo mensajes escritos en su cemento.

El mar pega con remansos de furia y la fria piedra se resiste a caer.

El viento despeina a quien aquí se sienta.

Pero esto no impide admirar su simpleza.

Getxo (Euskadi). 2008

Para escuchar, para ver... "On an Island" de David Gilmour.